Neumonía Intrahospitalaria (NIH)

Veo muchos pacientes todos los días en el hospital. Las enfermedades que los traen aquí son muy variadas: unos vienen por una infección, otros por un infarto, otros por insuficiencia renal, otros por hipertensión, diabetes, en fin, ningún órgano se salva.

Algunos padecimientos llevan más tiempo para sanar que otros, y empieza un recorrido en donde el médico busca resolver lo que trajo al paciente a urgencias. Vendrán exámenes de sangre, tal vez una radiografía; visita médica diaria, y finalmente si así se concluye, habrá un egreso.


El asunto es que adentro del hospital utilizamos diariamente en todas las áreas antibióticos. Si demasiado o no ya es tema aparte, pero se usan, se deben de usar. Es la principal herramienta que tenemos para salvar vidas. Las bacterias que están provocando la neumonía, la celulitis, la tifoidea, los abscesos, etc., están siendo bombardeadas sistemáticamente, y algunas de esas bacterias se “fugan” del cuerpo en cuestión con un acceso de tos o un estornudo; saliva en las manos de los pacientes que luego se posa en la perilla de una puerta, etc. Las posibilidades, muchas.


Las bacterias que se han fugado no mueren. Permanecen al acecho, y si las condiciones son propicias infectarán a alguien y provocarán la neumonía. Estas bacterias son más agresivas, más “salvajes”, pues han aprendido a sobrevivir en un medio dedicado a exterminarlas (también ellas tienen capacidad de adaptación) y los antibióticos necesarios son más potentes y de uso intrahospitalario.

Imagina una infección en donde esté afectado un órgano tan vital como el pulmón y aparte esta está provocada por una bacteria muy difícil de eliminar. Así son las cosas. Esa es la idea que debe prevalecer ante la posibilidad de tener enfrente a esta enfermedad: puede ser un infierno y acabar con una vida. 


La neumonía intrahospitalaria se sospecha en aquellos pacientes que empiecen con síntomas en promedio 48 horas después de haber sido ingresados, y en intubados 72 horas. Quedará a juicio del médico tratante determinar si todo orienta a esta neumonía.

Es por esto que me di a la tarea de buscar qué medidas han demostrado ser efectivas en la disminución del riesgo de adquirir neumonía nosocomial, pero en pacientes NO intubados (este tema está muy abordado en aquellos que deben conectarse a un respirador, sobre todo en terapia intensiva), que son los que más atiendo y en donde no están tan claras las recomendaciones. 

Algún día todos tendremos a un familiar internado, o a nosotros mismos, por lo cual saber esto podría serte de gran utilidad, al menos para plantearle al médico a cargo si las medidas no presentan ningún impedimento para realizarse. Si te dicen que no puede hacerse, no hay más qué agregar, la última palabra la tiene el doctor.


Estas son las medidas que han demostrado (con evidencia limitada más de la mitad), ser de utilidad a la hora de la prevención de la neumonía nosocomial:


1.-¡Evitar la propagación de infecciones virales de temporada!:

Personal médico, de enfermería y todos los que estén dentro de un hospital laborando, deben estar vacunados contra el virus de la influenza. Si alguno de ellos cursa con resfriado común deberá usar cubrebocas además de estar constantemente lavándose las manos y usando descongestionantes nasales (oximetazolina) para disminuir la posibilidad de contagiar a un paciente. Una infección viral favorece la aparición de una bacteriana. Cuidado.


2.-¡Mueve constantemente a tu paciente!:


Los pacientes deben estar en constante movilización, y fuera de la cama lo más posible. Es vital que se mantenga más tiempo la postura erguida que recostado. Como les digo: “la cama solo para dormir”. En aquellos que tuvieron un evento vascular cerebral, cambiarlos de posición cada dos horas (a la derecha, a la izquierda, semisentado). Ayuda mucho una familia involucrada con su paciente, siempre, y más en el medio donde laboro.


3.-Lavado de manos siempre antes de iniciar un nuevo contacto con tu paciente:


Siempre, y de manera constante, lavarnos las manos antes de tocar al paciente (esto incluye a familiares). Disminuimos la colonización bacteriana y su posible paso hacia él.

Y la medida más importante es:


4.-¡Lavado de dientes diario y enjuagado bucal!:


El lavado de dientes diario después de los alimentos combinado con un antiséptico oral elimina una gran cantidad de bacterias que durante la noche podrían pasar a infectar la vía respiratoria. Ya tengo a mis pacientes con su pasta dental en su mesa y su brebaje listo.

Bonus track (para los médicos): no abuses del omeprazol o la ranitidina…

Si bien falta aterrizarlo de manera contundente en pacientes NO intubados, el riesgo de neumonía nosocomial es más alto en aquellos que reciben inhibición de producción de ácido clorhídrico, específicamente antagonistas H2 (ranitidina). Con omeprazol y sus secuaces no hay significancia estadística pero también hay un leve incremento en el riesgo.


Lo mejor es no utilizar esos medicamentos a menos que sean absolutamente necesarios.

Y por último un punto muy importante:


Aunque nuestro paciente tenga todas las de la ley para obtener una neumonía intrahospitalaria (alteración del estado neurológico; mayor de 60 años; varios días hospitalizado, etc.), NO están indicados antibióticos para prevenir esa infección. 

Desde ayer traigo en revolución a mis pacientes: cada cama tiene en su mesa de servicio su cepillo dental y su pasta, así como el enjuague y antiséptico para manos. Los familiares ya saben que deben moverlos de cama, y obviamente entre cambio y cambio de paciente llevo a cabo mi lavado de manos.


Hay mucha tarea por hacer, pero prefiero eso a seguir viendo la neumonía intrahospitalaria de frente. Por lo regular cobra un alto costo, y no estamos para pagarlo con una vida.


Veremos. Como familiar, como médico y como enfermero (a), no olvides estos simples pasos que pueden hacer una diferencia notable.

Dr. Luis Enrique Zamora.


Médico internista.

Fuente:


Leonor Pássaro: Prevention of hospital-acquired pneumonia in non-ventilated adult patients: a narrative review; antibióticos resistance and infection